Plato de calabacín suizo gratinado con queso dorado servido en una fuente de cerámica.

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El gratinado de calabacín suizo es de esas recetas que, una vez que las pruebas, no puedes dejar de repetir. Tiene todo lo que buscamos en un plato reconfortante: una textura suave por dentro, un toque crujiente por fuera y ese sabor irresistible del queso fundido que se gratina perfectamente en el horno. Además, es una receta sencilla, rápida y muy versátil: puedes servirla como guarnición o incluso como plato principal si buscas una opción ligera y sin carne.

Hoy te acompaño paso a paso para que prepares este gratinado sin complicaciones, con consejos reales y trucos que funcionan. ¿Listo para sorprender a tu familia o darte un capricho? Empezamos.

Por Qué Te Encantará Esta Receta

Beneficios Clave

  • Es fácil de hacer: Con ingredientes simples y pasos bien explicados, cualquiera puede lograr un gratinado delicioso, incluso sin experiencia en la cocina.

  • Tiene un sabor increíble: La mezcla de calabacín, crema y queso suizo crea una combinación suave, salada y ligeramente dulce que enamora.

  • Se adapta a tu estilo de vida: Es perfecta si sigues una dieta vegetariana o simplemente buscas algo más liviano pero lleno de sabor.

Perfecto Para

Este gratinado es ideal para:

  • Una cena ligera entre semana.

  • Acompañar un plato principal más contundente, como carnes o legumbres.

  • Servir como plato vegetariano en reuniones o comidas familiares.

  • Quienes están empezando a cocinar y quieren un resultado con apariencia gourmet.

Ingredientes para Calabacín Suizo Gratinado

Plato de calabacín suizo gratinado con queso dorado servido en una fuente de cerámica.

Ingredientes Principales

Para preparar esta receta necesitarás:

  • 2 calabacines medianos: Elige los más firmes y brillantes.

  • 1 diente de ajo: Picado finamente, aporta un toque aromático sin dominar.

  • ½ taza de crema de leche (125 ml): Le da cuerpo y cremosidad al gratinado.

  • ½ taza de queso rallado (unos 50 g): Puedes usar gruyère, emmental o parmesano.

  • Sal y pimienta negra recién molida: Para realzar todos los sabores.

  • Una pizca de nuez moscada (opcional): Agrega profundidad y un toque cálido.

  • Aceite de oliva o mantequilla: Para engrasar la fuente de horno.

Sustituciones y Consejos

  • ¿No tienes crema de leche? Puedes usar nata para cocinar o incluso una mezcla de leche con un poco de maicena.

  • Si prefieres un gratinado más ligero, opta por crema vegetal.

  • ¿No encuentras gruyère o emmental? El parmesano siempre es una opción segura, o prueba con queso manchego curado.

  • Añadir una cucharada de ricotta o queso crema en la mezcla potencia la textura y sabor, especialmente si te gusta más cremoso.

El Mejor Queso Para Gratinado de Calabacín

No todos los quesos se comportan igual al gratinar. Para esta receta, lo ideal es usar un queso que se funda bien y tenga sabor sin robar protagonismo al calabacín.

  • Gruyère: El favorito por su textura suave y sabor ligeramente dulce.

  • Emmental: Más suave, ideal si prefieres un gratinado menos intenso.

  • Parmesano: Para una cobertura más crujiente y con un toque salado irresistible.

Si te gusta experimentar, puedes mezclar dos tipos: uno que funda bien (como emmental) y otro que aporte sabor y textura (como parmesano).

Utensilios Que Necesitarás

Imprescindibles

  • Una fuente de horno: Preferiblemente de 20 × 15 cm, para que las capas de calabacín queden bien distribuidas.

  • Una sartén pequeña: Para saltear el ajo sin que se queme.

  • Cuchillo afilado y tabla de cortar: Para filetear los calabacines con precisión.

Opcionales Pero Útiles

  • Mandolina: Si quieres rodajas perfectas y uniformes sin esfuerzo.

  • Rallador de queso: Mejor si es grueso para una gratinación uniforme.

  • Batidor de mano o tenedor: Para mezclar bien la crema con los condimentos.

Cómo Hacer Calabacín Suizo Gratinado Paso a Paso

Plato de calabacín suizo gratinado con queso dorado servido en una fuente de cerámica.

Paso 1: Preparar los Calabacines

Lava bien los calabacines, sécalos y corta los extremos. Luego, con un cuchillo afilado o una mandolina, corta rodajas de unos 5 mm de grosor. No hace falta pelarlos: la piel ayuda a mantener la forma durante la cocción.

Blanquéalos en una olla con agua hirviendo con sal durante 2 minutos. Esto suaviza el calabacín sin que se deshaga. Luego escúrrelos bien y, si tienes tiempo, enfríalos en agua con hielo para detener la cocción. Déjalos escurrir completamente antes de montarlos.

Paso 2: Saltear el Ajo

En una sartén pequeña, añade un chorrito de aceite de oliva y caliéntalo a fuego suave. Incorpora el ajo picado y cocínalo apenas un minuto, solo hasta que esté fragante. No dejes que se dore o amargará la mezcla. Retíralo del fuego y resérvalo.

Paso 3: Mezclar la Crema

En un bol, vierte la crema de leche y añade el ajo salteado. Sazona con sal, pimienta negra recién molida y, si te gusta, una pizca de nuez moscada. Mezcla bien y prueba para ajustar el punto de sal.

Paso 4: Montar el Gratinado

Engrasa la fuente de horno con mantequilla o aceite. Coloca una capa de rodajas de calabacín, ligeramente superpuestas. Vierte parte de la mezcla de crema por encima y espolvorea un poco de queso rallado.

Repite el proceso formando 2 o 3 capas, hasta usar todos los ingredientes. Termina con una capa generosa de queso, que se gratinará y creará esa costra irresistible.

Paso 5: Hornear a la Perfección

Precalienta el horno a 200 ºC (función estática). Hornea el gratinado durante 20 a 25 minutos, o hasta que veas la superficie dorada y burbujeante.

Si notas que el queso se dora demasiado rápido, puedes cubrir la fuente con papel de aluminio a mitad de cocción.

Paso 6: Dejar Reposar y Servir

Una vez fuera del horno, deja reposar el gratinado durante unos 5 minutos. Este paso es clave: así la crema se asienta y es más fácil cortar porciones sin que se desarme.

Sírvelo caliente, solo o acompañado. Funciona de maravilla junto a una ensalada fresca o como guarnición de una proteína.

Consejos Para un Resultado Perfecto

  • Escurre bien el calabacín: Si queda agua, el gratinado puede volverse aguado.

  • Juega con las capas: Más capas = más sabor. Asegúrate de repartir bien la crema y el queso entre ellas.

  • Añade pan rallado si te gusta más crujiente: Especialmente en la última capa, combinado con parmesano.

  • Personaliza con hierbas frescas: Perejil, cebollino o tomillo picado elevan el sabor sin complicaciones.

Cómo Conservar el Gratinado de Calabacín Suizo

Plato de calabacín suizo gratinado con queso dorado servido en una fuente de cerámica.

Una de las mejores cosas de esta receta es que se puede preparar con antelación y conservar sin problema. Aquí te explico cómo guardarla para que siga sabiendo igual de deliciosa, ya sea que te sobren porciones o quieras adelantar trabajo para la semana.

A Temperatura Ambiente

Si acabas de hornear el gratinado y vas a servirlo en breve, puedes dejarlo reposar tapado a temperatura ambiente durante un máximo de 2 horas. Pasado ese tiempo, es mejor llevarlo al frigorífico para evitar que la crema se estropee.

Consejo: Si lo sirves en una reunión o comida familiar, mantenlo tapado con un paño limpio para que no se seque por encima.

En la Nevera

Para conservarlo en la nevera, deja que el gratinado se enfríe completamente. Luego, guárdalo en un recipiente hermético o cúbrelo bien con film transparente directamente en la fuente donde lo cocinaste.

Se mantiene en buen estado durante 3 a 4 días. A la hora de recalentar, puedes usar el microondas o el horno. Si lo haces en el horno, cúbrelo con papel aluminio para evitar que se reseque, y caliéntalo a 180 ºC durante unos 10-15 minutos.

Consejos Para Congelar

Sí, puedes congelar el gratinado de calabacín suizo, aunque hay algunos trucos para que conserve su textura al descongelar:

  • Espera a que se enfríe completamente antes de congelarlo.

  • Si lo haces en porciones individuales, será mucho más fácil de recalentar sin que pierda forma.

  • Usa recipientes aptos para congelador o envuélvelo bien en film transparente y papel de aluminio.

Cuando quieras disfrutarlo, déjalo descongelar en la nevera durante unas horas y luego recaliéntalo en horno medio. Así recuperarás esa textura gratinada y deliciosa.

Preguntas Frecuentes Sobre el Gratinado de Calabacín

¿Se puede hacer el gratinado con antelación?

Sí, y de hecho queda estupendo. Puedes montarlo todo en la fuente y guardarlo en la nevera sin hornear hasta el día siguiente. Solo tendrás que sacarlo unos 15 minutos antes para que pierda el frío y hornearlo como indica la receta. Ideal si tienes invitados o poco tiempo el día que quieres servirlo.

¿Qué tipo de calabacín es mejor usar?

Cualquier variedad común de calabacín funciona bien, siempre que esté firme y no demasiado grande. Evita los calabacines muy maduros o aguados, ya que pueden soltar demasiada agua durante la cocción. Si tienes acceso a calabacines ecológicos o de huerta, mejor aún.

¿Puedo hacerlo sin crema de leche?

Claro. Puedes sustituir la crema por nata vegetal, leche evaporada o incluso una bechamel ligera si prefieres evitar los lácteos. También puedes usar una mezcla de leche y maicena para obtener una textura similar.

¿Qué hago si no tengo horno?

Aunque el resultado final del gratinado necesita horno para dorarse bien, puedes adaptarlo. Monta las capas en una sartén con tapa y cocínalo a fuego bajo hasta que burbujee. Luego, si tienes un soplete de cocina o una tapa de grill, puedes gratinar el queso por encima. No es lo mismo, pero te sacará del apuro.

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Conclusión

Este gratinado de calabacín suizo es una de esas recetas que no solo conquistan por el sabor, sino también por su simplicidad. Es un plato que puedes adaptar a tu gusto, preparar con antelación y compartir con los que más quieres. Su cremosidad, su aroma al salir del horno y esa cobertura dorada lo convierten en un básico que vas a querer repetir.

Si te animas a probarlo, cuéntame cómo te fue. ¿Le añadiste algún toque personal? Guarda esta receta para más adelante, compártela con tu familia o amigos, y vuelve cada vez que necesites un plato fácil, sabroso y reconfortante.

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Plato de calabacín suizo gratinado con queso dorado servido en una fuente de cerámica.

Gratinado de Calabacín Suizo


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  • Author: María
  • Total Time: 35 minutos
  • Yield: 2–3 porciones como guarnición, 1–2 como plato principal
  • Diet: Vegetarian

Description

Un gratinado cremoso y dorado de calabacín con queso suizo y crema, ideal como plato principal ligero o guarnición.


Ingredients

Scale
  • 2 calabacines medianos
  • 1 diente de ajo, picado finamente
  • ½ taza de crema de leche (125 ml)
  • ½ taza de queso rallado (gruyère, emmental o parmesano)
  • Sal y pimienta negra recién molida al gusto
  • Una pizca de nuez moscada recién rallada (opcional)
  • Aceite de oliva o mantequilla para engrasar la fuente


Instructions

  1. Lava y corta los calabacines en rodajas de ½ cm de grosor. Blanquéalos 2 minutos en agua con sal. Escúrrelos y enfría si lo deseas.
  2. Saltea el ajo picado en aceite de oliva durante 1 minuto a fuego bajo. Reserva.
  3. Mezcla la crema con el ajo salteado, sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
  4. Engrasa una fuente para horno y monta capas de calabacín, mezcla de crema y queso rallado. Repite 2-3 veces, terminando con queso.
  5. Hornea a 200 °C durante 20-25 minutos, hasta que la superficie esté dorada y burbujeante.
  6. Deja reposar 5 minutos antes de servir para que se asiente la crema.

Notes

  • Puedes añadir 2 cucharadas de queso crema o ricotta a la mezcla para mayor cremosidad.
  • Decora con perejil o cebollino fresco picado al servir.
  • Para una costra más crujiente, espolvorea pan rallado con parmesano en la capa superior antes de hornear.
  • Prep Time: 10 minutos
  • Cook Time: 25 minutos
  • Category: Guarnición / Plato principal
  • Method: Horneado
  • Cuisine: Suiza / Mediterránea

Nutrition

  • Serving Size: 1 porción
  • Calories: 210 kcal
  • Sugar: 4 g
  • Sodium: 240 mg
  • Fat: 16 g
  • Saturated Fat: 9 g
  • Unsaturated Fat: 6 g
  • Trans Fat: 0 g
  • Carbohydrates: 8 g
  • Fiber: 2 g
  • Protein: 7 g
  • Cholesterol: 35 mg

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