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Pocas cosas evocan tanta nostalgia y calidez como una bandeja de hojuelas recién hechas. Crujientes, dulces y llenas de sabor, este clásico de la repostería tradicional española ha acompañado a generaciones enteras, sobre todo en épocas especiales como la Semana Santa o el Día de Todos los Santos. Hoy te traigo la receta de las Hojuelas Tradicionales de la Abuela, esa que pasa de mano en mano, de madres a hijas, y que siempre triunfa.

¿Lo mejor? No necesitas ingredientes exóticos ni técnicas complicadas. Solo harina, huevo, un poco de cariño… y listo. Esta versión es perfecta para quienes buscan reconectar con la cocina de siempre, sin prisas y con mucho sabor. Vamos a ello.

Por Qué Te Encantarán Estas Hojuelas

Beneficios Clave

Lo que hace que estas hojuelas sean tan especiales no es solo su sabor, sino lo accesibles que son para cualquier cocinero, sin importar su experiencia. La masa es fácil de trabajar, se fríen en pocos minutos y se conservan muy bien si las guardas en una caja. Además, puedes personalizarlas con miel, azúcar glas o incluso canela.

Estas hojuelas:

• Se preparan con ingredientes comunes.

• Son crujientes por fuera, ligeras por dentro.

• Se pueden hacer en familia, sin estrés ni complicaciones.

Perfectas Para…

Esta receta es ideal si:

• Quieres recuperar sabores de la infancia.

• Estás aprendiendo a cocinar dulces tradicionales.

• Buscas un detalle casero para compartir en fechas señaladas.

Son un éxito asegurado en meriendas familiares, celebraciones religiosas o como ese “algo dulce” con el café de media tarde.

Ingredientes para Hojuelas Tradicionales de la Abuela

Ingredientes Clásicos

Aquí no hay secretos, solo buenos ingredientes y un poco de técnica. Para esta receta vas a necesitar:

• 2 tazas de harina de trigo: mejor si es de todo uso, ni muy floja ni muy fuerte.

• 2 cucharadas de azúcar blanco: para dar un ligero dulzor a la masa.

• ½ cucharadita de sal: potencia el sabor y equilibra el dulce.

• 1 huevo: actúa como aglutinante.

• ½ taza de agua (aproximadamente): ajusta la cantidad hasta obtener la textura ideal.

• Aceite para freír: preferiblemente de girasol o de oliva suave.

• Azúcar glas o miel para servir: el toque final que las convierte en un bocado inolvidable.

Sustituciones y Consejos

¿No tienes todos los ingredientes? No pasa nada. Puedes adaptar la receta sin miedo:

• Leche en lugar de agua: aporta una textura más tierna, aunque menos crujiente.

• Un chorrito de anís o aguardiente: si quieres darles un toque más tradicional.

• Harina de repostería: si prefieres hojuelas más finas y delicadas.

El truco está en no saturar la masa: ve incorporando el agua poco a poco y no tengas miedo de añadir un poco más de harina si la ves pegajosa. Lo importante es que al tacto esté suave y no se pegue a los dedos.

Mejor Harina para Hojuelas Crujientes

Aquí viene una de las claves del éxito: la elección de la harina. Aunque podrías usar diferentes tipos, la mejor opción es la harina de trigo común. Tiene la cantidad justa de gluten para formar una masa elástica, fácil de estirar y que da como resultado unas hojuelas finas y crujientes.

Evita las harinas integrales o con alto contenido en fibra, ya que tienden a dar masas más pesadas y menos crujientes. Si quieres ir sobre seguro, opta por una harina tipo 000 o 0000 (en España, la de uso general).

Consejo extra: tamiza la harina antes de usarla. Así evitas grumos y la masa queda más aireada.

Utensilios de Cocina Necesarios

Herramientas Imprescindibles

No necesitas una cocina de restaurante para hacer hojuelas perfectas. Basta con tener a mano estos básicos:

• Un bol grande: para mezclar los ingredientes cómodamente.

• Un rodillo: fundamental para estirar la masa lo más fina posible.

• Una sartén honda o freidora: el aceite debe cubrir bien las hojuelas.

• Espumadera: para sacarlas del aceite sin riesgo.

• Cuchillo o cortador de masa: te ayudará a darles forma con precisión.

Herramientas Opcionales

Si quieres llevar tu experiencia un paso más allá, estas herramientas pueden ser útiles:

• Termómetro de cocina: ideal para mantener la temperatura del aceite constante (170–180 °C).

• Rejilla para enfriar: evita que se humedezcan después de freírlas.

• Molde decorativo: para darles formas más tradicionales o creativas.

Invertir en estos pequeños detalles puede hacer que la preparación sea más sencilla y, sobre todo, más divertida.

Cómo Hacer Hojuelas Tradicionales Paso a Paso

Aquí es donde empieza la magia. Preparar hojuelas en casa no es complicado si sigues los pasos con calma y cariño. De hecho, una vez que domines la masa, lo demás es pan comido. Te guiaré por cada etapa como si estuviéramos en la cocina juntos, paso a paso.

Paso 1: Mezclar los Ingredientes Secos

En un bol grande, añade la harina, el azúcar y la sal. Usa una cuchara de madera o un batidor manual para que todo se integre bien. Este paso es importante porque ayuda a distribuir uniformemente el azúcar y la sal en la masa.

Tip útil: tamiza la harina antes de usarla. No solo evitas grumos, sino que la masa quedará más ligera y manejable.

Paso 2: Añadir los Ingredientes Húmedos

Haz un hueco en el centro de la mezcla seca. Añade el huevo y comienza a mezclar suavemente con una cuchara o con la mano. Agrega el agua poco a poco: no toda de golpe. El objetivo es obtener una masa suave, manejable y que no se pegue a los dedos.

¿Demasiado pegajosa? Añade un poco más de harina. ¿Muy seca? Un chorrito más de agua. Confía en el tacto: es la mejor herramienta.

Paso 3: Amasar

Ahora toca trabajar la masa. Pásala a una superficie ligeramente enharinada y amasa durante 5 a 10 minutos. Deberías obtener una textura lisa, elástica y sin grumos.

Este paso no solo activa el gluten, sino que también desarrolla esa elasticidad que hará que puedas estirarla finita sin que se rompa.

Paso 4: Reposar la Masa

Forma una bola con la masa, cúbrela con un paño limpio o con papel film y déjala reposar 30 minutos a temperatura ambiente. Este descanso es esencial: permite que el gluten se relaje y facilita mucho el estirado después.

Puedes aprovechar este momento para preparar la superficie de trabajo o calentar el aceite.

Paso 5: Estirar y Cortar

Una vez reposada, divide la masa en porciones más pequeñas. Así será más fácil de manejar. Con un rodillo, estira cada parte hasta obtener una lámina muy delgada. Cuanto más fina, más crujientes quedarán.

Córtalas en tiras o rombos. Un corte pequeño en el centro de cada pieza les da ese toque tradicional que las hace inconfundibles.

Paso 6: Freír

Calienta abundante aceite en una sartén honda o freidora. La temperatura ideal está entre 170 y 180 °C. Si no tienes termómetro, puedes comprobarlo echando un pequeño trocito de masa: debe burbujear al instante pero sin quemarse rápido.

Fríe las hojuelas por tandas pequeñas. Se cocinan muy rápido, apenas unos segundos por lado. Dóralas por ambos lados y sácalas con una espumadera.

Paso 7: Escurrir

Coloca las hojuelas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. No las apiles calientes o perderán su crujiente. Lo ideal es dejar una pequeña separación entre cada una.

Paso 8: Servir

Una vez frías, espolvorea generosamente con azúcar glas. También puedes bañarlas con miel o espolvorear un poco de canela si te gusta. Se sirven solas, con café o incluso acompañadas de vino dulce.

Y ahora sí, el momento de disfrutar ha llegado.

Consejos para el Éxito

Aquí van algunos trucos que marcan la diferencia:

• La masa debe reposar sí o sí. No te saltes ese paso.

• Estíralas lo más fino posible. Esto es clave para lograr la textura ligera y crujiente.

• El aceite debe estar caliente pero no humeante. Si está demasiado frío, absorberán aceite. Si está muy caliente, se dorarán sin cocinarse por dentro.

• Fríelas en tandas pequeñas. Así no baja la temperatura del aceite.

Con estos consejos, tus hojuelas no solo saldrán bien, saldrán perfectas.

Cómo Conservar las Hojuelas

A Temperatura Ambiente

Lo ideal es guardarlas en una caja de cartón o lata metálica. Se mantienen crujientes hasta por una semana. Asegúrate de que estén completamente frías antes de guardarlas.

En la Nevera

No es recomendable. La humedad del frigorífico las reblandece y pierden su textura.

Congelación

Puedes congelarlas ya fritas. Colócalas en capas separadas por papel vegetal en un recipiente hermético. Para recalentarlas, bastará con pasarlas por el horno unos minutos a temperatura baja. No vuelven a quedar como recién hechas, pero siguen estando ricas.

Preguntas Frecuentes

¿Se pueden hacer al horno?

Técnicamente sí, pero no quedan igual. Las hojuelas horneadas pierden esa textura característica y ese sabor tan especial que da la fritura. Si buscas una versión más ligera, mejor hazlas más finas y fríelas en aceite limpio y bien escurridas.

¿Qué harina es la mejor?

La harina de trigo común (todo uso) funciona perfectamente. Aporta la elasticidad necesaria sin ser demasiado fuerte. No uses harinas integrales ni especiales para pan.

¿Puedo hacer la masa con antelación?

Sí. Puedes preparar la masa con unas horas de antelación y guardarla en la nevera envuelta en film. Sáquela 30 minutos antes de usar para que se temple y sea más fácil estirar.

¿Por qué me quedan duras?

Puede deberse a que la masa no reposó lo suficiente o que la estiraste demasiado gruesa. También influye el tiempo de fritura: si están demasiado tiempo en el aceite, se resecan.

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Conclusión

Las Hojuelas Tradicionales de la Abuela no son solo un postre. Son una forma de conectar con nuestras raíces, con la cocina de antes, la de verdad. Son simples, sí, pero están llenas de sabor y recuerdos.

Anímate a prepararlas en casa. Disfruta del aroma, del crujido al primer bocado y de la sonrisa de quienes las prueben. Y si te animas, cuéntame cómo te han salido. Guardar y compartir esta receta es mantener viva una tradición.

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