Hacer tu propio jabón casero de lavanda es más sencillo de lo que imaginas, y los resultados son maravillosos. No solo te permite cuidar tu piel con ingredientes naturales, también convierte tu baño en un pequeño spa gracias al aroma relajante de la lavanda. Esta receta es perfecta para regalar, compartir en familia o simplemente disfrutar en tu rutina diaria. Y lo mejor: puedes personalizarla fácilmente según tus gustos o lo que tengas en casa. Vamos paso a paso para que lo consigas a la primera, sin complicaciones y con mucha satisfacción.
Por Qué Te Encantará Esta Receta
Beneficios Clave
Este jabón no es solo bonito y aromático, también es práctico y saludable. Prepararlo en casa te permite saber exactamente qué estás usando en tu piel, evitando ingredientes agresivos o sintéticos. Además:
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Es una opción ecológica y libre de plásticos.
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Su aroma a lavanda calma el estrés y mejora el ánimo.
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Puedes hacerlo con ingredientes que ya tienes o conseguir fácilmente.
Para Quién Es Ideal
¿Eres principiante? Perfecto. Esta receta es ideal para quienes se inician en la elaboración de cosmética natural. ¿Tienes piel sensible? También es para ti, ya que puedes elegir aceites suaves y controlar todos los ingredientes. Incluso es un plan genial para hacer en casa con adolescentes o regalar a alguien especial.
Ingredientes para Jabón Casero de Lavanda
Ingredientes Básicos
Vamos con lo esencial. Esta receta está diseñada para una pequeña tanda de jabón, perfecta para empezar:
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210 ml de aceite de oliva o girasol: el corazón graso del jabón, aporta suavidad.
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30 g de sosa cáustica (hidróxido de sodio): necesaria para el proceso de saponificación.
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65 ml de agua destilada: evita impurezas que podrían alterar el jabón.
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20–30 gotas de aceite esencial de lavanda: da el aroma característico y propiedades calmantes.
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Flores de lavanda secas o frescas (opcional): decorativas y aromáticas.
Sustituciones y Consejos
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Puedes sustituir el aceite de oliva por girasol si quieres un acabado más ligero.
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¿No tienes aceite esencial? Usa una infusión muy concentrada de lavanda, aunque el aroma será más sutil.
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Si decides usar flores frescas, asegúrate de secarlas bien primero para evitar moho.
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Mide todo con precisión. El equilibrio entre aceite y sosa es fundamental para que el jabón funcione.
Mejor Aceite para Jabón Casero
Tanto el aceite de oliva como el de girasol son excelentes opciones. El de oliva es más cremoso y rico, ideal para pieles secas. El de girasol da un jabón más ligero, perfecto si buscas algo rápido de enjuagar o si tienes la piel mixta. Si te sientes con ganas de experimentar, puedes incluso mezclar ambos.
Recuerda: cuanto más puro y virgen sea el aceite, mejor será el resultado. Evita los aceites usados o reutilizados, ya que pueden alterar el proceso químico.
Utensilios Que Necesitas
Imprescindibles
Antes de empezar, asegúrate de tener estos utensilios listos:
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Molde de silicona (o caja forrada con papel vegetal): para dar forma al jabón.
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Recipiente resistente al calor: donde mezclarás la sosa con el agua.
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Batidora de mano o cuchara de madera: para alcanzar el punto de traza.
Herramientas Extra (opcionales pero útiles)
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Termómetro de cocina: para asegurarte de que tanto el aceite como la sosa estén a la temperatura ideal (entre 40 y 45 ºC).
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Espátula de silicona: ayuda a aprovechar toda la mezcla del recipiente.
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Guantes, gafas y mascarilla: imprescindibles para trabajar con seguridad.
Cómo Hacer Jabón Casero de Lavanda Paso a Paso
Este es el momento clave: seguir cada paso con calma te asegurará un jabón perfecto. Lee todo antes de empezar para tener una visión completa.
Paso 1 – Preparar la Solución de Sosa
En un lugar bien ventilado (puedes hacerlo cerca de una ventana o incluso en el exterior), ponte los guantes, las gafas y la mascarilla. Luego:
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Vierte el agua destilada en el recipiente resistente al calor.
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Añade lentamente la sosa cáustica al agua (¡nunca al revés!), removiendo con suavidad.
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La mezcla se calentará y desprenderá vapores. Es normal.
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Deja reposar hasta que baje la temperatura a 40–45 ºC.
Paso 2 – Calentar el Aceite
Mientras la sosa se enfría:
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Coloca el aceite en una olla pequeña y caliéntalo a fuego bajo.
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Usa el termómetro para comprobar que también alcanza 40–45 ºC.
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Una vez esté a la temperatura correcta, retíralo del fuego.
Paso 3 – Mezclar Sosa y Aceite
Ahora llega la magia de la saponificación:
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Vierte lentamente la mezcla de sosa sobre el aceite, mientras remueves suavemente.
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Puedes usar una batidora de mano en baja velocidad para acelerar el proceso.
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Sigue mezclando hasta que la masa tenga textura de natilla ligera. Eso se llama «punto de traza».
Paso 4 – Agregar la Fragancia
Cuando hayas alcanzado el punto de traza:
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Añade el aceite esencial de lavanda.
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Incorpora las flores secas si deseas un toque visual y aromático.
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Mezcla bien hasta que todo esté homogéneo.
Paso 5 – Verter y Reposar
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Vierte la mezcla en el molde preparado.
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Alisa la superficie con la espátula.
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Cubre con una toalla o paño y deja reposar entre 24 y 48 horas en un lugar templado.
Paso 6 – Curado del Jabón
Una vez el jabón esté firme:
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Desmóldalo con cuidado.
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Si lo deseas, córtalo en pastillas con un cuchillo bien afilado.
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Colócalo en un lugar seco y ventilado durante al menos 4 semanas. Este tiempo es clave para que el jabón se cure, se endurezca y sea seguro para la piel.
Consejos Para el Éxito
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No te saltes las medidas: usa una balanza para pesar todo con precisión.
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Evita usar agua del grifo, ya que puede contener minerales que interfieren en el proceso.
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Nunca viertas agua sobre la sosa: puede provocar una reacción peligrosa.
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Ten paciencia con el curado: aunque sea difícil esperar, el resultado final vale totalmente la pena.
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Limpia tus utensilios justo después de usarlos, cuando aún están frescos. Así será más fácil.
Cómo Conservar el Jabón Casero de Lavanda
Una vez que tu jabón ha pasado por todo el proceso de curado, seguro que estás deseando usarlo o compartirlo con alguien. Pero aquí viene otra parte importante: cómo conservar tu jabón casero de lavanda para que dure más, mantenga su aroma y siga siendo seguro para la piel. Afortunadamente, con unos pocos cuidados, tus pastillas de jabón pueden mantenerse perfectas durante meses.
A Temperatura Ambiente
Este es el método más común y práctico:
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Guarda el jabón en un lugar seco, fresco y ventilado.
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Evita la exposición directa al sol, ya que puede desvanecer el color y deteriorar el aroma.
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Lo ideal es colocarlo en una cajita de cartón o en una bolsa de papel, nunca de plástico cerrado, porque el jabón necesita “respirar”.
Con estas condiciones, tu jabón puede conservarse perfectamente entre 6 y 12 meses. Aunque con lo bien que huele, seguramente se acabará mucho antes.
En la Nevera
Generalmente no es necesario guardar el jabón en la nevera, pero si vives en una zona muy cálida o húmeda, puede ayudarte a mantener su forma y evitar que se vuelva blando.
Si decides hacerlo:
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Envuélvelo primero en papel vegetal o de horno.
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Guárdalo en un recipiente abierto o una caja de cartón dentro del frigorífico.
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Sácalo unos minutos antes de usarlo para que no esté demasiado frío al contacto con la piel.
Consejos de Congelación
Congelar el jabón casero no es una práctica común, pero en ciertos casos (como si haces mucha cantidad y quieres reservar parte), puede funcionar.
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Antes de congelarlo, asegúrate de que ha terminado el proceso de curado.
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Envuélvelo bien en papel encerado y luego en plástico, para evitar quemaduras por congelación o absorción de olores del congelador.
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Cuando quieras usarlo, déjalo descongelar a temperatura ambiente durante 24 horas antes de quitar el envoltorio.
Preguntas Frecuentes (FAQs)
Sabemos que al empezar con recetas de cosmética casera pueden surgir un montón de dudas. Aquí respondemos las más comunes para que te sientas completamente segura al crear tu jabón casero de lavanda.
¿Es seguro usar sosa cáustica?
Sí, lo es, siempre que la uses con responsabilidad. La sosa es esencial para la saponificación, el proceso químico que transforma el aceite en jabón. Solo asegúrate de:
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Usar guantes, gafas de protección y mascarilla.
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Manipularla en un lugar bien ventilado.
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No dejarla al alcance de niños o mascotas.
Una vez curado el jabón, no queda rastro de sosa activa, por lo que es completamente seguro para la piel.
¿Cuánto tiempo necesita el jabón para estar listo?
Después de verterlo en el molde, el jabón necesita 24 a 48 horas para endurecerse. Luego, una vez desmoldado, hay que dejarlo curar durante mínimo 4 semanas. Este paso es clave: en ese tiempo se completa el proceso de saponificación y el jabón se seca lo suficiente para durar más y hacer buena espuma.
¿Puedo hacer el jabón sin batidora?
Claro que sí. Puedes usar una cuchara de madera, solo necesitarás más tiempo y paciencia para alcanzar el punto de traza. Si decides hacerlo manualmente:
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Remueve de forma continua, con movimientos suaves pero constantes.
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Vigila la textura: cuando parezca natilla ligera, es el momento de seguir con la receta.
¿Qué hago si el jabón no endurece?
Si después de 48 horas tu jabón sigue blando:
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Verifica que mediste bien los ingredientes.
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Asegúrate de haber alcanzado el punto de traza.
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Si estás en un clima húmedo, puede que solo necesite más tiempo.
En algunos casos, puede solucionarse dejando el jabón reposar unos días más en el molde o fuera, sobre papel vegetal, en un lugar seco.
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Conclusión
Crear tu propio jabón casero de lavanda no solo es un proyecto divertido y relajante, sino también una forma de reconectar con lo natural y personalizar tus cuidados diarios. Con unos pocos ingredientes y algo de paciencia, puedes obtener un producto precioso, aromático y beneficioso para tu piel.
Anímate a probarlo, adapta la receta a tu gusto, y sobre todo, disfruta del proceso. No olvides contar tu experiencia, dejar un comentario o compartir esta receta con alguien que también quiera probar algo nuevo. Porque hacer jabón es más que una tarea: es un pequeño acto de amor propio.
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Jabón Casero de Lavanda – Guía Paso a Paso
- Tiempo Total: 4 semanas y 1 día
- Raciones: 6 pastillas pequeñas 1x
- Dieta: Vegana
Descripción
Un jabón natural, aromático y fácil de hacer en casa con aceite esencial y flores de lavanda. Perfecto para regalar o uso personal.
Ingredientes
- 210 ml de aceite de oliva o girasol
- 30 g de sosa cáustica
- 65 ml de agua destilada
- 20–30 gotas de aceite esencial de lavanda
- Flores secas o frescas de lavanda (opcional)
Instrucciones
- Colócate los guantes, gafas y mascarilla. Vierte la sosa cáustica sobre el agua destilada en un recipiente resistente al calor y mezcla cuidadosamente hasta disolver por completo. Deja enfriar a 40–45 ºC.
- Calienta el aceite a fuego suave hasta que alcance la misma temperatura, entre 40–45 ºC.
- Vierte la mezcla de sosa en el aceite lentamente mientras remueves. Usa una batidora de mano a baja velocidad hasta alcanzar el punto de traza.
- Añade el aceite esencial de lavanda y las flores secas si lo deseas. Mezcla bien.
- Vierte la mezcla en el molde y alisa la superficie. Cubre con una toalla y deja reposar entre 24 y 48 horas.
- Una vez endurecido, desmolda y corta en pastillas si es necesario. Cura durante 4 semanas en un lugar seco y ventilado antes de usar.
Notas
- Utiliza siempre protección al manipular la sosa cáustica.
- El curado completo es esencial para que el jabón sea seguro para la piel.
- Puedes personalizar el aroma usando otros aceites esenciales.
- El aceite de oliva produce un jabón más hidratante que el de girasol.
- Tiempo de preparación: 30 minutos
- Tiempo de Cocción: 0 minutos
- Categoría: Cosmética natural
- Método: Saponificación en frío
- Cocina: Casera
Nutrición
- Tamaño de la Porción: 1 pastilla
- Calorias: 0
- Azúcar: 0 g
- Sodio: 0 g
- Grasas: 0 g
- Grasas Saturadas: 0 g
- Grasas Insaturadas: 0 g
- Grasas Trans: 0 g
- Carbohidratos: 0 g
- Fibra: 0 g
- Proteínas: 0 g
- Colesterol: 0 mg
Palabras clave: jabón casero de lavanda, jabón natural, receta de jabón artesanal, cosmética vegana, jabón con aceites esenciales