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Si buscas una receta que combine sabor, sencillez y un toque saludable, el pastel de calabacín es justo lo que necesitas. Este plato, tan versátil como reconfortante, se ha convertido en un clásico en muchas cocinas por su textura jugosa y su capacidad de adaptarse a cualquier ocasión. Ya sea como plato principal para una cena ligera, un acompañamiento para carnes o incluso como opción para el brunch del domingo, este pastel tiene un lugar asegurado en tu recetario.

Lo mejor de todo es que no necesitas ser un chef experimentado para conseguir un resultado espectacular. Sigue leyendo y descubre cómo preparar un pastel de calabacín que dejará a todos pidiendo un segundo trozo.

¿Por Qué Te Encantará Esta Receta?

Beneficios clave

El pastel de calabacín es una de esas recetas que parece demasiado buena para ser cierta. Es increíblemente fácil de hacer, por lo que es perfecta para esos días en los que no quieres complicarte en la cocina pero aún así deseas algo delicioso y nutritivo. La base de calabacín rallado aporta humedad natural y un sabor suave que se complementa con el queso derretido y las hierbas aromáticas.

Además, es una opción fantástica para aprovechar calabacines de temporada. Cuando llegan en abundancia durante el verano, esta receta te permitirá darles un uso delicioso sin que se acumulen en la nevera.

Ideal para

Este pastel es ideal para familias que buscan introducir más verduras en sus comidas, para vegetarianos que quieren un plato lleno de sabor, o para quienes necesitan una receta rápida entre semana. También es un éxito asegurado en comidas compartidas, ya que se puede servir caliente, a temperatura ambiente o incluso frío.

Ingredientes para el Pastel de Calabacín

Ingredientes principales

Para preparar este pastel necesitarás ingredientes sencillos, probablemente ya presentes en tu despensa:

• 2 calabacines medianos, rallados y escurridos para evitar un pastel aguado.

• 1 cebolla pequeña, picada finamente para aportar un toque dulce.

• 3 huevos, que ayudan a ligar todos los ingredientes.

• 100 g de queso rallado, puedes elegir mozzarella para un resultado más cremoso o parmesano para un sabor más intenso.

• ½ taza de leche, que aporta jugosidad a la mezcla.

• ½ taza de harina (de trigo o avena), para dar estructura al pastel.

• 1 cucharadita de polvo para hornear, esencial para que suba ligeramente.

• Sal, pimienta y nuez moscada al gusto, para sazonar.

• 2 cucharadas de aceite de oliva, que enriquecen el sabor.

• Hierbas frescas o secas al gusto (orégano, albahaca, perejil), para un aroma irresistible.

Sustituciones y consejos

• Sin gluten: Puedes usar harina de avena o de almendra para una versión sin gluten, ajustando un poco la cantidad para mantener la textura.

• Quesos alternativos: Si buscas un sabor más fuerte, el queso feta o el gruyere son excelentes opciones. Para una versión más ligera, prueba con queso cottage.

• Hierbas: Juega con las hierbas según la estación. El tomillo fresco en otoño o la albahaca en verano transforman completamente el perfil de sabor.

• Versión vegana: Sustituye los huevos por una mezcla de semillas de lino y agua, y utiliza un queso vegetal rallado.

El Mejor Queso para el Pastel de Calabacín

La elección del queso es clave para lograr un pastel equilibrado. La mozzarella ofrece un resultado suave y elástico, perfecto si prefieres una textura más cremosa. Por otro lado, el parmesano aporta un sabor intenso y un gratinado dorado y crujiente en la superficie.

Si te gusta experimentar, una combinación de ambos quesos puede ser la opción ideal: mozzarella para la jugosidad y parmesano para potenciar el sabor. Recuerda siempre rallar el queso en casa en lugar de comprarlo ya rallado; se funde mejor y no lleva antiaglomerantes que pueden afectar la textura.

Utensilios de Cocina Necesarios

Imprescindibles

• Rallador de verduras: para obtener un calabacín fino y uniforme.

• Bol grande: donde mezclar todos los ingredientes sin problemas.

• Molde para horno: puede ser redondo o rectangular, preferiblemente de 22 cm de diámetro o equivalente.

• Espátula o cuchara de madera: para integrar la mezcla con suavidad.

Opcionales

• Papel de horno: facilita el desmolde y evita que el pastel se pegue.

• Mandolina: si prefieres láminas de calabacín en lugar de rallarlo.

• Rejilla para enfriar: permite que el pastel respire tras salir del horno, manteniendo la base crujiente.

Cómo Hacer Pastel de Calabacín Paso a Paso

Preparar un pastel de calabacín perfecto no tiene ningún misterio si sigues estos pasos. Imagina el aroma que llenará tu cocina mientras se hornea: queso gratinado, hierbas aromáticas y la dulzura natural del calabacín combinándose en un solo plato. Aquí tienes la guía definitiva para que te quede impecable, incluso si es la primera vez que lo haces.

Paso 1: Preparar los calabacines

Comienza lavando bien los calabacines y sécalos con un paño limpio. Rállalos con un rallador de agujeros grandes y colócalos en un colador. Espolvorea un poco de sal por encima y deja que reposen unos 10 minutos. Este paso es crucial porque el calabacín contiene mucha agua, y si no la eliminas, el pastel podría quedar demasiado húmedo.

Pasado el tiempo, usa las manos o un paño limpio para presionar los calabacines y extraer el exceso de líquido. Hazlo con firmeza pero sin romper las hebras del vegetal. El resultado debe ser un calabacín más seco y compacto.

Paso 2: Mezclar los ingredientes

En un bol grande, bate los huevos hasta que estén espumosos. Añade la leche, el queso rallado, la cebolla picada y las dos cucharadas de aceite de oliva. Mezcla con suavidad hasta integrar todos los ingredientes.

Incorpora los calabacines escurridos y mezcla de nuevo. Es el momento de añadir los ingredientes secos: la harina tamizada con el polvo de hornear, la sal, la pimienta y una pizca de nuez moscada. Mezcla hasta obtener una masa homogénea, sin trabajarla en exceso.

Si quieres añadir un toque extra de sabor, incorpora tus hierbas favoritas. Orégano para un aire mediterráneo, albahaca para frescura o perejil para un perfil más tradicional.

Paso 3: Hornear a la perfección

Precalienta el horno a 180 °C (350 °F) y engrasa un molde con un poco de aceite de oliva o cúbrelo con papel de horno. Vierte la mezcla en el molde y alísala con una espátula para que se hornee de manera uniforme.

Lleva al horno durante 35-40 minutos o hasta que la superficie esté dorada y al insertar un palillo en el centro, salga limpio. Cada horno es diferente, así que comienza a revisar a partir de los 35 minutos para evitar que se seque.

Deja reposar el pastel durante unos 10 minutos antes de desmoldarlo. Este tiempo permite que se asiente y sea más fácil de cortar en porciones.

Consejos Para el Éxito

• No te saltes el escurrido del calabacín: es el secreto para evitar un pastel aguado.

• Usa ingredientes a temperatura ambiente: esto ayuda a que la mezcla se integre mejor y suba de forma más uniforme.

• No abras el horno antes de tiempo: mantener la temperatura constante es clave para un pastel bien cocido.

• Experimenta con toppings: un poco de pan rallado y queso extra por encima antes de hornear crea una capa crujiente irresistible.

Cómo Conservar el Pastel de Calabacín

A temperatura ambiente

Si lo vas a consumir en el mismo día, puedes dejarlo a temperatura ambiente cubierto con un paño limpio para que no se reseque.

En el refrigerador

Guarda el pastel en un recipiente hermético o bien envuelto en papel film. Se mantendrá fresco hasta 3 días sin perder textura ni sabor.

Consejos de congelación

Puedes congelar las porciones individuales envueltas en film y luego colocarlas en una bolsa hermética. Para recalentarlas, basta con llevarlas al horno a 160 °C durante unos 10 minutos o hasta que estén calientes.

Preguntas Frecuentes

¿Se puede hacer sin huevos?

Sí, puedes sustituir cada huevo por una mezcla de una cucharada de semillas de lino molidas con tres cucharadas de agua. Esto ayudará a ligar los ingredientes de forma similar.

¿Puedo usar calabacín congelado?

Es posible, pero asegúrate de descongelarlo completamente y escurrirlo muy bien para evitar un exceso de humedad en la masa.

¿Cómo evito que el pastel quede aguado?

La clave está en escurrir bien el calabacín rallado antes de añadirlo a la mezcla y no abrir el horno durante el horneado para que el pastel suba correctamente.

¿Puedo añadir otros vegetales?

Claro, zanahoria rallada o espinacas picadas son excelentes adiciones. Solo asegúrate de eliminar el exceso de agua, igual que con el calabacín.

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• Tarta de zanahoria y nueces: esponjosa, aromática y con un toque crujiente de nueces.

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• Arroz verde con vegetales: el acompañamiento perfecto para un menú vegetariano completo.

Conclusión

El pastel de calabacín es una receta que combina sencillez, sabor y una textura espectacular. Perfecto para cualquier momento del año, es un plato que invita a reunirse en torno a la mesa y disfrutar de la cocina casera en su máxima expresión. Anímate a probarlo y cuéntanos cómo te quedó. ¿Te atreverías a añadirle tu toque personal?

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