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Las galletas caseras de maicena son ese tipo de dulces que te transportan a la infancia con solo un bocado. Son increíblemente suaves, ligeramente dulces y se deshacen en la boca. Lo mejor de todo es que son muy fáciles de preparar, no requieren ingredientes complicados y son perfectas tanto para principiantes como para quienes ya tienen experiencia en la cocina. Ya sea para una merienda familiar, para acompañar un café o para regalar en una ocasión especial, esta receta tiene todo para convertirse en una de tus favoritas.

Por Qué Te Encantarán Estas Galletas de Maicena

Beneficios Clave

Estas galletas tienen una textura única: suaves, aireadas y delicadas. A diferencia de las galletas tradicionales con mucha harina, la maicena aporta esa suavidad característica que tanto gusta. Además:

• Se hacen con ingredientes básicos que probablemente ya tienes en casa.

• No necesitas equipo sofisticado.

• Se hornean rápido y se enfrían aún más rápido (lo que es ideal si no puedes esperar para probarlas).

• Son perfectas para decorar o dejar tal cual.

Ideales Para…

¿Tienes niños en casa? Les encantarán estas galletas por su textura y sabor suave. ¿Estás buscando algo para llevar a una reunión familiar o para compartir en una merienda con amigos? También son una excelente opción. Y si estás empezando a explorar el mundo de la repostería, esta receta es un excelente punto de partida.

Ingredientes para Galletas Caseras de Maicena

Ingredientes Principales

Para esta receta necesitas lo siguiente:

• 200 g de maicena (fécula de maíz): Es la estrella de la receta. Le da a las galletas esa textura ligera y delicada.

• 100 g de harina de trigo (todo uso): Aporta estructura, pero en proporción justa para no quitarle suavidad.

• 1 huevo grande: Ayuda a unir los ingredientes.

• 125 g de mantequilla sin sal (a temperatura ambiente): Aporta sabor y esa textura suave.

• 100 g de azúcar impalpable (glas): Más suave que el azúcar común, se integra mejor y da un toque delicado.

• 1 cucharadita de esencia de vainilla: Le da aroma y profundidad al sabor.

• ½ cucharadita de polvo de hornear: Ayuda a que las galletas no queden tan densas.

• 1 pizca de sal: Resalta todos los sabores.

Sustituciones y Consejos

• Puedes usar margarina en lugar de mantequilla, aunque el sabor será más neutro.

• ¿Quieres hacerlas sin gluten? Sustituye la harina por una mezcla sin gluten y asegúrate de que la maicena también sea libre de gluten.

• Si no tienes azúcar impalpable, puedes moler azúcar común en una licuadora hasta obtener una textura similar.

• Añadir un poco de ralladura de limón o naranja puede dar un giro refrescante.

La Mejor Maicena para Galletas Suaves

No todas las maicenas son iguales. Para lograr una textura realmente ligera y arenosa, lo ideal es usar maicena pura y fina, no mezclas comerciales con otros espesantes. Tamizarla antes de usar también es clave: así evitas grumos y aseguras una mezcla homogénea.

Si tienes acceso a marcas reconocidas por su pureza, no dudes en usarlas. Pero si estás usando una marca genérica, no te preocupes: el truco está en tamizar bien y mezclar con cuidado.

Herramientas de Cocina Necesarias

Imprescindibles

• Un bol grande para mezclar los ingredientes secos.

• Un bol mediano para los ingredientes húmedos.

• Batidora de mano o eléctrica para batir mantequilla y azúcar.

• Rodillo de cocina para estirar la masa.

• Cortadores de galleta (pueden ser en forma de estrella, redondos, lo que tengas a mano).

• Horno y bandeja de horneado.

Extras Útiles

• Papel manteca o un tapete de silicona (silpat) para evitar que las galletas se peguen.

• Espátula de silicona para manipular la masa con suavidad.

• Tamiz o colador fino para los ingredientes secos.

Tener estas herramientas a mano no solo hace el proceso más fácil, sino que también mejora el resultado final.

Cómo Hacer Galletas Caseras de Maicena

Aquí viene la parte divertida. Vamos paso a paso para que nada falle.

Paso 1 – Preparar los Ingredientes

Saca la mantequilla del refrigerador unos 30 minutos antes. Debe estar suave al tacto, pero no derretida. En un bol grande, tamiza juntos la maicena, la harina, el polvo de hornear y la sal. Este paso evita grumos y da una textura más fina a las galletas.

Paso 2 – Batir la Mantequilla con el Azúcar

En otro bol, bate la mantequilla con el azúcar impalpable durante 3 a 5 minutos. Busca una mezcla cremosa, pálida y suave. Añade el huevo y la esencia de vainilla. Bate un poco más hasta que todo esté bien incorporado. No te saltes este paso: es clave para una textura uniforme.

Paso 3 – Integrar los Ingredientes Secos

Agrega poco a poco la mezcla de harina y maicena al bol con los ingredientes húmedos. Usa una espátula o tus manos para ir formando una masa. El objetivo es que quede suave, manejable y que no se pegue a las manos. Si está demasiado seca, puedes añadir una cucharada de leche. Si está muy pegajosa, una cucharada extra de maicena.

Paso 4 – Reposar la Masa

Este paso es opcional, pero recomendable. Envuelve la masa en film plástico y llévala a la nevera durante 20 o 30 minutos. Esto ayuda a que se endurezca un poco, facilitando el estirado y corte.

Paso 5 – Formar las Galletas

Prepara una superficie limpia y ligeramente enharinada. Estira la masa con el rodillo hasta obtener un grosor de aproximadamente 5 mm. Usa los cortadores para dar forma a las galletas. Colócalas en una bandeja forrada con papel manteca, dejando un pequeño espacio entre cada una (aunque no crecen mucho, es mejor prevenir).

Paso 6 – Hornear

Precalienta el horno a 170 °C. Hornea las galletas durante 10 a 12 minutos o hasta que los bordes apenas empiecen a dorarse. No esperes a que se vean doradas por completo: parte de su encanto es que queden claritas y suaves.

Paso 7 – Enfriar y Decorar

Saca las galletas del horno y déjalas enfriar en una rejilla. Son muy frágiles al principio, así que manipúlalas con cuidado. Una vez frías, puedes espolvorear con más azúcar impalpable o sumergir parcialmente en chocolate blanco derretido. También puedes dejarlas simples: su sabor ya es suficiente.

Consejos Para el Éxito

• No sobrebatas la masa: solo lo justo para unir los ingredientes.

• Si ves que la masa se desarma al estirarla, un breve descanso en la nevera puede ayudar.

• No las hornees de más. Aunque parezcan “crudas” al salir, se endurecen un poco al enfriarse.

• Guarda las galletas en un recipiente hermético para que se mantengan tiernas varios días.

Cómo Conservar Galletas Caseras de Maicena

Una vez que tienes tu bandeja llena de galletas recién horneadas, viene la gran pregunta: ¿cómo las conservo para que sigan tan suaves y deliciosas como el primer día? No te preocupes, aquí tienes todas las claves para mantener su frescura durante más tiempo.

A Temperatura Ambiente

La opción más práctica es guardarlas en un recipiente hermético, en un lugar fresco y seco. Si lo haces bien, las galletas se conservarán perfectamente durante 5 a 7 días sin perder su textura característica.

Consejo: coloca un pequeño trozo de papel vegetal entre capas de galletas si las apilas, así evitas que se peguen entre sí.

En la Heladera

¿Vives en un clima muy cálido o húmedo? Puedes guardarlas en la nevera, pero asegúrate de usar un recipiente que cierre bien para que no absorban humedad ni olores. Al sacarlas, déjalas reposar unos minutos a temperatura ambiente antes de comerlas, para que recuperen su textura.

Cómo Congelar

Si quieres preparar galletas con antelación o simplemente te sobraron muchas, congelarlas es una excelente opción.

Tienes dos alternativas:

• Congelar la masa: forma un disco con la masa, envuélvelo bien en film y congélalo hasta por 2 meses. Cuando quieras usarlo, déjalo descongelar en la nevera y sigue con el paso del estirado y horneado.

• Congelar las galletas ya horneadas: una vez frías, guárdalas en una bolsa hermética o recipiente apto para congelación. Se conservan bien hasta por un mes. Para disfrutarlas, solo déjalas a temperatura ambiente o caliéntalas unos segundos en el horno.

Preguntas Frecuentes (FAQs)

Aquí te dejo las respuestas a algunas de las preguntas que más suelen surgir cuando se prepara esta receta de galletas caseras de maicena.

¿Puedo hacerlas sin harina de trigo?

Sí, puedes usar solo maicena o reemplazar la harina por una mezcla sin gluten. El resultado será una galleta aún más suave y aireada, perfecta para quienes tienen intolerancia al gluten. Eso sí, manipúlalas con más cuidado, ya que serán un poco más frágiles.

¿Qué hago si la masa me queda muy seca o muy pegajosa?

Todo depende de factores como el tamaño del huevo o el tipo de harina. Si está muy seca, añade una cucharadita de leche o unas gotas de aceite. Si está pegajosa, agrega un poco más de maicena, pero sin excederte para que no pierda suavidad.

¿Puedo prepararlas con antelación?

Por supuesto. Puedes dejar la masa reposando en la nevera hasta por 24 horas antes de estirar y cortar. También puedes hornearlas con anticipación y conservarlas bien cerradas. Siguen estando deliciosas incluso varios días después.

¿Se pueden decorar de otras formas?

Claro que sí. Además del azúcar impalpable y el chocolate blanco, puedes experimentar con glaseado de colores, coco rallado, chips de chocolate o lo que más te guste. Son muy versátiles y admiten muchas variaciones.

Recetas Relacionadas

Si te encantaron estas galletas caseras de maicena, quizás también disfrutes de:

• Alfajores de Maicena: clásicos y rellenos de dulce de leche.

• Receta de Galletas de Mantequilla Danesas: perfectas para regalar o acompañar un café.

• Flan de Maicena: postre cremoso que también usa este versátil ingrediente.

• Bizcocho de Maicena Esponjoso: ideal para meriendas suaves y sin harina refinada.

Conclusión

Las galletas caseras de maicena no solo son fáciles y rápidas de preparar, sino que también tienen ese toque de hogar que tanto nos gusta. Son suaves, sabrosas y versátiles, lo que las convierte en una opción perfecta para cualquier ocasión. Tanto si las haces para un cumpleaños, una tarde con amigos o simplemente porque te apetece algo dulce, esta receta nunca falla.

Anímate a probarla, y si te gustó el resultado, cuéntamelo. Me encantará saber cómo te quedaron, qué forma usaste para cortarlas o si les diste tu propio toque personal. Porque si algo tiene la cocina casera, es que se disfruta el doble cuando se comparte

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